El guitarrista de Genesis da dos shows en Buenos Aires junto a la banda Genetics, que toca los clásicos del grupo que formó con Peter Gabriel y Phil Collins.
“Ya no fumo ni tomo tanto como lo hacía entonces”, dice Steve Hackett, el guitarrista de la formación clásica de Genesis (estuvo en la banda desde 1971 -cuando entró gracias a un anuncio clasificado en la revista Melody Maker- hasta 1977, año en el que dejó el grupo después de Foxtrot y otros siete discos). Hackett es un hombre grande, muy diferente al chico tímido que era cuando tocaba con Peter Gabriel y Phil Collins, pero viene a Buenos Aires para sumarse al grupo Genetics, una banda tributo argentina, que interpreta magistralmente el rock sinfónico de Genesis, recreando la atmósfera de los teatros londinenses de los 70, y toca el miércoles 17 y el jueves 18 en el teatro Coliseo. “Vamos a hacer varios clásicos de Genesis”, dice, “incluyendo ‘Firth of Fifth’ y ‘Supper’s Ready’, entre muchos otros. Las canciones que escribí con Genesis continúan siendo importantes para mí y mágicas para el público a lo largo del mundo”.
“Cuando sos joven, vivís como si no hubiera un mañana, poniendo a prueba tus límites”, dice Hackett. Después de Genesis, este guitarrista continuó con el rock progresivo y experimental, pero también coqueteó con el pop, la world music, el repertorio de guitarra clásica y el blues. Grabó una docena de discos en solitario (el más exitoso fue Highly Strung, de 1982, en el que dejó ver su habilidad como compositor y también como armoniquista) y uno con Steve Howe, el guitarrista de Yes: GTR (así se llamó también el grupo). “Tengo más confianza en mí mismo ahora que en los 70”, dice. “Aprendí que el público es mi amigo, no mi juez. Y lo siento así desde que encontré mi propia voz musical. Confío en mis selecciones y en mis decisiones. Me siento mucho más abierto como persona y creo que por fin estoy viviendo mis sueños en vez de seguir esperándolos.”
¿Qué guitarras usarás en tus shows en Buenos Aires?
Usaré una Fernandes Sustainer, una Yairi con cuerdas de nailon y una Zemaitis de doce cuerdas. Me gustan todas por igual, porque tienen diferentes virtudes. El espíritu del show es una combinación de una celebración de la música de Genesis con un homenaje a Nacho Rodríguez Genta, el cantante de Genetics que murió hace poco, trágicamente [en un alud, mientras esquiaba en Japón, en enero de 2015].
¿Dónde podemos encontrar hoy, en el mundo de la música, el espíritu del rock sinfónico y progresivo?
Creo que algunas orquestas y grupos pueden habitar ese espacio. Por ejemplo, el espíritu de la música clásica está en todo lo que yo hago. Todos los músicos se suben a hombros de gigantes.
¿Cuál fue tu mejor año en Genesis?
Estuve en la banda entre 1971 y 1977, y mi mejor año fue 1973, en tiempos de Selling England by the Pound, por la amplitud de ese disco, que era multifacético. Me parecía que la guitarra era una voz capaz de hablar fuertemente adentro del álbum y tenía mucha confianza propia en ese momento. Estaba en mi punto más feliz con la banda. También estaba muy orgulloso de que a John Lennon le hubiera gustado el disco.
Por Javier Sinay